La era de la información digital ha originado grandes cambios en todo lo que toca. Las formas de hacer política, de ejecutar las leyes y de ofrecer servicios a los ciudadanos también han creado un nuevo paradigma de gobernanza: el gobierno digital. Pero, ¿qué es, en qué consiste?

Democratización y empoderamiento de la ciudadanía

Desde que la Internet comenzó a formar parte de la vida cotidiana de las personas, la digitalización de todos sus aspectos ha puesto al alcance de la mayoría el acceso a servicios, información, comunicación y hasta ofertas laborales únicas. Ha demostrado ser la punta de la lanza de las ideas de la democracia, pues nunca antes la población de ningún país había tenido oportunidades tan igualitarias.

Hablar de democracia, sin embargo, lleva a pensar en los gobiernos actuales. Una vez que la información y los accesos se han abierto para todos, ¿qué papel debe asumir el gobierno? Aquí es donde surge la idea de un gobierno capaz de responder a esta evolución. Un gobierno que incorpora las tecnologías de la información y optimiza el uso de canales de comunicación electrónica.

De qué manera se construye un gobierno digital

El primer enfoque para su formación es el cambio de estructuras internas; sin embargo, modificar los sistemas de gobierno y toda la infraestructura bajo la cual operan deja de lado el objetivo de esta nueva forma de trabajar: los ciudadanos.

Así que, siguiendo el precepto de Steve Jobs de basarse en las necesidades de los usuarios, se ha formulado la creación de un gobierno abierto que dé cabida a todos los ciudadanos en la forma en que estos acceden a los servicios públicos y forman parte de las decisiones políticas.

Esta apertura se centra en tres bloques:

1. Confianza. Involucra el empoderamiento de la ciudadanía toda vez que estas pueden participar de manera abierta en cuestiones decisivas para el desarrollo de un país. Además, para que este poder pueda ejecutarse, el diálogo debe ser bilateral y hacer uso de la transparencia como máximo instrumento de credibilidad pública, permitiendo el acceso totalitario a los datos gubernamentales.

2. Bienestar. Uno de los grandes enemigos de la democracia, apuntaba Aldous Huxley en la década de los 50s, es la formación de las burocracias. Estas se agrupaban de tal forma horizontal y vertical que el acceso a trámites y servicios era cada vez más limitado para los usuarios y difícilmente se podía llegar al responsable.

El modelo de accesibilidad de un gobierno digital considera el bienestar de la ciudadanía desde este punto de vista. Con la generación de atención y realización de trámites en línea, aumenta la calidad del servicio, su competitividad y la misión del gobierno, que es servir a los gobernados, cumple su labor al facilitar la vida de los ciudadanos.

3. Eficiencia. En términos de inteligencia, los gobiernos digitales son más eficaces. Para ello es necesario el uso de TIC’s, el diseño de nuevas políticas basadas en la veracidad de pruebas abiertas al público y en una toma de decisiones más objetiva al basarse en datos.

Mejorías directas del gobierno digital

Al margen de la realización de trámites en línea, existen muchas otras ventajas para los ciudadanos de los países donde existe un gobierno digital.

1. La primera de ellas es la posibilidad de crear propuestas o votar por ellas para que se apliquen o den marcha atrás. Un ejemplo actual de este tipo es la generación de una blockchain mexicana, que involucraba, entre sus pruebas, la ejecución de la primera licitación pública completamente digital.

2. Otra de las ventajas es la posibilidad de exponer denuncias de forma directa e inmediata, tanto para mejora de los servicios y la estructura como para dar mayor peso a la voz de los ciudadanos.

3. Por último, otra de las ventajas, quizá la más relevante, está relacionada con los trámites en línea. Consiste en el acceso por parte de los usuarios a su información financiera y a su dinero propiamente, de tal forma que con una identidad digital puedan realizarse pagos de todo tipo con un solo click, con total seguridad y de forma inmediata.

La vanguardia en gobierno digital

Muchos países latinoamericanos, como Uruguay o Colombia, están en primera línea en el desarrollo de sus gobiernos digitales. Sin embargo, a nivel internacional, se formó hace varios años el grupo D5 donde los principales pioneros de este tipo de infraestructuras se unieron para brindar sus avances a la comunidad mundial.

Estonia, Israel, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Reino Unido formaron este grupo. De estas naciones, es Estonia la que lleva la batuta con programas especializados en la digitalización de sus servicios implementados desde el año 2000 y que, en una visión vanguardista, han llevado a invertir en educación informática para niños que aprender a programar en sus escuelas.

Estonia fue el primer país en reconocer el acceso a Internet como un derecho humano básico. Apenas se pone un pie en su capital, Tallin, parece que estamos unos años adelante del resto del mundo. Hay red Wi-Fi abierta a toda la población y muchos de los servicios comunes de la calle, como parquímetros o taxis, se pueden pagar digitalmente, con tan solo usar el celular.

No es novedad que la OTAN confíe en ellos para tener sus oficinas de investigación cibernética o que empresas que innovaron en la forma de comunicarnos hallan nacido en esta pequeña nación, cual es el caso de Skype.

Todos los ciudadanos reciben un identificador de once dígitos desde que son pequeños. Esta clave funciona como su identidad digital y sirve para realizar todos los trámites necesarios para su vida. Incluso, la idea de Estonia es que el gobierno no debe pedir la misma documentación dos veces, pues su meta es digitalizarlo todo.

Su avance logró dar grandes pasos al abandonar la dominación rusa en 1991 y gracias a que, siendo un país derrotado económicamente, buscó la unión de los habitantes, la colaboración y el aprendizaje común.

Así que el desarrollo de un gobierno digital involucra más que un término novedoso en la demagogia contemporánea. Se trata de una realidad presente ya en muchos países, al alcance de todos los ciudadanos, con grandes beneficios y que incluso tiene ya grandes avances y mayor evolución en países como Estonia donde el concepto no es nada nuevo.